Un derrame articular ocurre cuando se acumula líquido dentro de una articulación. La articulación puede doler o notarse rígida. En algunos niños, la articulación también puede ponerse roja o hincharse.

Siga estas instrucciones para ayudar a que se cure el derrame articular de su hijo.

• Su hijo debería tomárselo con calma y dejar de practicar toda actividad que le provoque dolor articular. 
• Si su hijo tiene dolor y el profesional del cuidado de la salud le dice que puede hacerlo, puede darle acetaminophen (Tylenol® o la marca genérica de una tienda), ibuprofen (Advil®, Motrin® o la marca genérica de una tienda), naproxen (Aleve®, Naprosyn®, o la marca genérica de una tienda). Siga las instrucciones del prospecto o del envase sobre la dosis que debe darle y la frecuencia con la que debe hacerlo. 
• Si a su hijo le resulta reconfortante, envuelva hielo o una bolsa de hielo en una toalla y póngasela sobre la articulación durante unos 20 minutos cada pocas horas.
• Siga las instrucciones del profesional de la salud sobre:
  • Cuándo puede su hijo retomar sus actividades habituales
  • Las actividades que su hijo debería evitar
  • Si su hijo necesita una rodillera o un vendaje elástico
  • Si su hijo necesita muletas para desplazarse

• El dolor y la inflamación empeoran.
• La inflamación no disminuye al cabo de una semana.
• La inflamación desaparece, pero luego vuelve a aparecer.
• Su hijo tiene fiebre.
• A su hijo se le empieza a inflamar otra articulación.

• La articulación se le pone muy roja o le duele mucho a su hijo.
• Se le forman franjas rojas en la piel cerca de la articulación.
• Su hijo no puede mover la articulación.

¿Cuáles son las causas de los derrames articulares? En los niños y los adolescentes, los derrames articulares pueden ocurrir debido a lo siguiente: 

• Una lesión, como un golpe o una caída
• Una sobrecarga de la articulación a lo largo del tiempo (por ejemplo, por hacer deporte)
• Una infección en la articulación
• Artritis

¿Qué pasa si el derrame articular no mejora? Si el derrame articular no mejora, es posible que se necesiten más pruebas, como análisis de sangre o la extracción y análisis del líquido articular; o técnicas de diagnóstico por la imagen, como una radiografía, una ecografía o una resonancia magnética.