(Bell's Palsy: How to Care for Your Child)
La parálisis de Bell es una debilidad o parálisis sobre un lado del rostro, que aparece repentinamente cuando hay un problema con el nervio facial.
Los nervios llevan mensajes desde el cerebro a diferentes partes del cuerpo. Los nervios faciales envían mensajes a los músculos del rostro que controlan los movimientos, como abrir y cerrar los ojos, sonreír o fruncir el entrecejo.
En la parálisis de Bell, el nervio facial se hincha debido a una inflamación o una lesión. El nervio inflamado se comprime en el punto en el que pasa a través del cráneo. Los mensajes no atraviesan el nervio comprimido y, por lo tanto, los músculos se mueven muy poco o no se mueven en absoluto. Un lado del rostro puede caerse y es posible que el párpado no se cierre completamente.
Un niño puede tener dolores de cabeza, problemas para comer o morder los alimentos, babear de ese lado de la boca, escuchar los ruidos más fuerte en un oído o tener un ojo seco o temblor en el párpado.
En muchos casos, la causa de la parálisis de Bell es un virus y mejora sin necesidad de tratamiento. Los síntomas suelen aparecer en 1 o 2 días y pueden empeorar durante varios días o semanas antes de comenzar a mejorar.
A veces, los profesionales del cuidado de la salud recetan un medicamento para ayudar a reducir la inflamación del nervio. Si la inflamación se debe a una infección (como una infección del virus del herpes, una infección en los oídos o la enfermedad de Lyme), es común que el profesional del cuidado de la salud recete un antibiótico o un antiviral. Si la parálisis de Bell afecta al ojo, tal vez el profesional del cuidado de la salud recomiende un ungüento o gotas para los ojos, un parche o anteojos de protección.
Los síntomas suelen desaparecer en 1 a 6 meses, con o sin tratamiento. Después de mejorar, algunos niños continúan con cierta debilidad facial.
Su hijo presenta:
La parálisis de Bell puede ser difícil para los niños porque afecta su aspecto. Reconforte al niño diciéndole que su rostro pronto estará mejor. Si la gente pregunta qué ocurre o le dice cosas desagradables, puede ser útil explicar que se trata de un problema profesional del cuidado de la salud que no es contagioso.