(Impaired Glucose Tolerance: How to Care for Your Child)
Para evaluar si alguien tiene intolerancia a la glucosa, los profesionales del cuidado de la salud realizan una prueba oral (por boca) de tolerancia a la glucosa. El paciente beberá un vaso grande con líquido azucarado y luego se le realizará un análisis de sangre. Si los resultados del análisis muestran un número elevado de glucosa en sangre, se diagnosticará una intolerancia a la glucosa. Esto significa que el cuerpo de la persona no procesa la glucosa como debería, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Al realizar más actividad física y llevar una dieta saludable, la mayoría de las personas pueden reducir el riesgo de contraer diabetes tipo 2.
Su hijo:
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¿Qué es la glucosa? La glucosa (un tipo de azúcar) es la principal fuente de energía del cuerpo. Nuestros cuerpos descomponen los alimentos en glucosa y otros nutrientes en el tracto gastrointestinal que luego se liberan en el torrente sanguíneo. Una hormona llamada “insulina” actúa para permitir que la glucosa entre en las células.
¿Qué sucede en la intolerancia a la glucosa? En los niños con intolerancia a la glucosa, la insulina comienza a perder su capacidad de permitir que la glucosa entre en las células. Si bien la glucosa sigue entrando en las células, no lo hace tan bien como debería. Esto provoca un nivel de glucosa en sangre más alto de lo normal.
¿Tener intolerancia a la glucosa significa tener diabetes? No. Si dos horas después de beber el líquido azucarado para hacer la prueba de tolerancia oral a la glucosa, los niveles de glucosa son de 140 a 199 mg/dL, hay una intolerancia a la glucosa. Un nivel de glucosa de 200 o más después de 2 horas podría indicar diabetes. Al alcanzar un peso saludable, llevar una dieta equilibrada y realizar actividad física con regularidad, la mayoría de los niños con intolerancia a la glucosa pueden evitar la diabetes. Los medicamentos también pueden ayudar en algunos casos.