La pérdida de la audición neurosensorial ocurre cuando existe un problema en el oído interno o en el nervio que va desde el oído interno hasta el cerebro. A los niños con pérdida de la audición neurosensorial tal vez les cueste comprender lo que otra persona dice. Puede resultarles difícil escuchar los sonidos bajos. Si bien la pérdida de la audición neurosensorial no desaparece, los audífonos y otros tratamientos pueden ayudar a algunos niños a oír mejor.

Para ayudar a su hijo en el hogar:
- Si su hijo necesita usar un audífono o usar otro dispositivo para mejorar la audición, enséñele a usarlo y cuidarlo.
- Hable con frecuencia con su hijo. Para ayudar a su hijo a comprenderlo:
- Obtenga la atención del niño antes de comenzar a hablarle.
- Asegúrese de que su hijo tenga el oído con el que mejor escucha hacia usted.
- Use expresiones faciales, como sonreír, y gestos como señalar para ayudar a su hijo a comprender lo que está diciendo.
- No tenga la televisión, la música o aparatos ruidosos encendidos cuando le hable a su hijo.
- De ser necesario, use el lenguaje de señas para comunicarse con su hijo.
- Enséñele a su hijo a pedir amablemente que le repitan las cosas si no escucha algo.
- Enséñele a su hijo a usar los oídos y los ojos para ver si vienen vehículos o existen otros peligros al cruzar la calle o andar en bicicleta.
- Para proteger la audición, enséñele a su hijo a hacer lo siguiente:
- Evitar o alejarse de los ruidos fuertes (como cortadoras de césped, herramientas eléctricas y batidoras).
- Usar protección para los oídos si no es posible evitar los ruidos fuertes (el algodón en los oídos no es suficiente para proteger la audición).
- Bajar el volumen cuando escuche música.
- Tomar descansos cada hora cuando use audífonos o auriculares.
- Acuda a todas las citas de seguimiento y los análisis que le recomiende el equipo de atención de la salud.
Para ayudar a su hijo en la escuela:
- Si es posible, escoja una guardería o una escuela que tenga aulas pequeñas en lugar de grandes. Las aulas pequeñas suelen ser menos ruidosas.
- Haga que su hijo se siente cerca del maestro, con el oído sano hacia el maestro.
- Pida a los maestros que repitan la información y verifiquen que el niño la comprende. Las instrucciones escritas y los apuntes pueden ayudar a los niños mayores a comprender lo que se dice en el aula.
- Si su hijo necesita más ayuda, reúnase con el maestro y solicite un plan especial, que puede incluir el Plan 504 o un Programa de Educación Individualizado (IEP).

¿Cuál es la causa de la pérdida de la audición neurosensorial? La pérdida de la audición neurosensorial suele ser hereditaria (se da por familias). Otras causas incluyen las siguientes:
- infecciones durante el embarazo
- complicaciones por el nacimiento prematuro (nacer antes de tiempo)
- algunos medicamentos
- problemas con la manera en que se formó el oído interno
- estar cerca de ruidos fuertes
¿Cuál es el tratamiento para la pérdida de la audición neurosensorial? El tratamiento depende de la gravedad de la pérdida de la audición. A algunos niños les puede ayudar usar un audífono y/u otro dispositivo para mejorar la audición. Los implantes cocleares pueden ayudar a algunos niños con pérdida auditiva severa cuando los audífonos no hayan funcionado. El implante coclear es colocado por un cirujano en el oído interno. El dispositivo pasa por alto el oído interno y envía señales eléctricas directamente al nervio auditivo.
¿La pérdida de audición neurosensorial puede provocar otros problemas? Un niño con pérdida de audición neurosensorial puede tener problemas con el habla y el aprendizaje. También le puede resultar difícil hablar y estar con amigos. Si es necesario, los niños con pérdida de la audición neurosensorial pueden aprender a comunicarse de otras maneras, como el lenguaje de señas. Si su hijo está aprendiendo lenguaje de señas, resulta útil que todas las personas de la familia también aprendan lenguaje de señas.
¿Quién formará parte del equipo de atención médica de mi hijo? Los niños con una pérdida permanente de la audición deben consultar a un equipo de especialistas. Entre ellos, los siguientes:
- un otorrinolaringólogo (especialista en nariz, garganta y oídos)
- un audiólogo (especialista en realizar audiometrías)
- un terapeuta del habla
- otros especialistas, según las necesidades de su hijo