Las fracturas en los niños pequeños suelen ocurrir en la tibia. Su hijo tiene una escayola o una férula que ayuda a sujetar el hueso en su lugar mientras se cura la fractura. Las escayolas rodean toda la pierna. Las férulas ofrecen el mismo soporte que una escayola y también rodean toda la pierna, pero tienen una parte blanda.
Puede ayudar cuidando la escayola o la férula mientras se cura la fractura, lo que suele llevar una pocas semanas.

- Para ayudar a prevenir la inflamación en los primeros días después de la colocación de la escayola o la férula, procure que su hijo haga lo siguiente:
- elevar la pierna lesionada por encima de la altura del corazón durante unos 20 minutos, tres o cuatro veces al día
- mover los dedos del pie a lo largo del día
- Si su hijo tiene una férula, no debe caminar con ella.
- Si su hijo tiene una escayola, solo déjelo caminar si el profesional del cuidado de la salud se lo permite.
- Haga una visita de seguimiento con un ortopedista (especialista en huesos), según las recomendaciones.
Si su hijo tiene dolor:
- Cuando su hijo esté despierto, coloque hielo en una bolsa plástica envuelta con una toalla fina y aplíquelo sobre la escayola o la férula durante 20 minutos cada 2 horas, hasta un máximo de 2 días.
- Puede darle medicamentos para el dolor si el profesional del cuidado de la salud le da el visto bueno. Use uno de estos medicamentos tal como se lo indiquen:
- acetaminophen (como Tylenol® o la marca de una tienda)
- ibuprofen (Advil®, Motrin® o la marca de una tienda)
Cuide bien la escayola o férula:
- Manténgala bien limpia. Mantenga la suciedad, la arena, las lociones y el talco alejados de la férula o la escayola.
- No permita que su hijo se rasque debajo de la escayola o la férula ni se coloque nada en el interior.
- No toquetee ni quite el revestimiento acolchado de los bordes.
- Revise la zona todos los días. Asegúrese de que la piel no esté lastimada y que los dedos del pie no estén pálidos, azules, entumecidos o con hormigueo.
- Manténgala seca:
- Dele a su hijo un baño de esponja en lugar de un baño de inmersión. Use una esponja o un paño húmedos para lavar y enjuagar a su hijo. Evite que la escayola se moje.
- Si se salpica la escayola, sople aire dentro de la escayola con un secador de cabello en el ajuste de aire frío.
Esté atento a los siguientes problemas:
- Inflamación: Si se le inflaman los dedos del pie, haga que su hijo los eleve por encima de la altura del corazón durante hasta una hora.
- Bordes filosos: Si la piel cercana a la escayola o debajo de esta se enrojece o irrita, coloque una cinta adhesiva o una tela suave acolchada (la puede conseguir en una farmacia) en el borde de la escayola.
- Comezón: No permita que su hijo se rasque ni coloque nada debajo de la escayola cuando sienta comezón. Dé golpecitos suaves sobre la escayola o utilice un secador de cabello en el ajuste de aire frío para soplar aire alrededor de los bordes y en el interior de la escayola.

¿Cómo ocurren las fracturas en los niños pequeños? Las fracturas en los niños pequeños suelen ocurrir en la tibia cuando un niño se tropieza, se cae, o gira demasiado el pie. Esto puede crear una sobrecarga en los huesos de los niños pequeños y puede causar una rajadura en el hueso. Los niños pequeños son más propensos a sufrir este tipo de lesión.
¿Cómo se diagnostica una fractura en los niños pequeños? El profesional del cuidado de la salud le preguntará cómo ocurrió la fractura y revisará la pierna lesionada. Si sospecha que se trata de una fractura, le pedirá una radiografía. Con frecuencia, cuando un niño tiene una fractura, esta se puede ver como una delgada línea en la radiografía. Pero en algunos casos, poco después de la lesión, la fractura no se ve fácilmente en una radiografía. En este caso, se tratará al niño por una posible fractura con una férula o escayola para dar sostén a la lesión y aliviar el dolor. Las radiografías que se hacen más adelante tal vez muestren la fractura con más claridad.