Un absceso dental es una infección que provoca una acumulación de pus dentro de un diente. Ocurre cuando las bacterias (un tipo de germen) entran en el diente a través de una caries o un diente roto. Sin tratamiento, la infección puede extenderse a otras áreas o provocar la caída del diente.
Siga todas las instrucciones del profesional del cuidado de la salud o el dentista con respecto al tratamiento que debe seguir.

- Programe visitas de seguimiento con el dentista o especialista dental según se lo recomienden. Incluso si su hijo se siente mejor, es posible que aún necesite tratamiento.
- Si le recetaron medicamentos, asegúrese de que su hijo los tome según las instrucciones.
- Si su hijo tiene dolor y el profesional del cuidado de la salud le dice que puede hacerlo:
- Puede darle acetaminophen (como Tylenol® o la marca de una tienda) o ibuprofen (como Advil®, Motrin® o la marca de una tienda). Siga las instrucciones del prospecto o del envase sobre la dosis que debe darle a su hijo.
- Si el profesional del cuidado de la salud le dio a su hijo un analgésico recetado (medicamentos para aliviar el dolor con receta), déselo según las indicaciones y no le dé otros analgésicos (como acetaminophen o ibuprofen) junto con el recetado. Algunos analgésicos recetados contienen acetaminophen o ibuprofen, por lo que su hijo podría tomar demasiado.
- Pregúntele a su dentista si su hijo debe hacerse enjuagues con agua salada y escupirlos (8 onzas de agua mezcladas con ½ cucharadita de sal).
- Si a su hijo le resulta doloroso masticar, ofrézcale alimentos blandos como papas hervidas, huevos y plátanos.
Ayude a su hijo a desarrollar buenos hábitos dentales para prevenir caries y otros abscesos:
Cepillado y uso de hilo dental
- En el caso de niños menores de 3 años: ayude a su hijo a cepillarse dos veces al día durante 2 minutos con un cepillo de dientes blando con un poco (el tamaño de un grano de arroz) de pasta de dientes con flúor.
- En el caso de niños mayores de 3 años: ayude a su hijo a cepillarse los dientes dos veces al día durante 2 minutos con un poco de pasta de dientes del tamaño de un guisante. Enséñele a su hijo a escupir la pasta de dientes. Cuando la separación entre los dientes de su hijo sea muy pequeña, ayúdelo a usar hilo dental una vez al día.
- Los niños de 10 años y mayores generalmente pueden cepillarse los dientes y usar hilo dental solos. Ayúdelos a recordar cepillarse los dientes dos veces al día y usar hilo dental una vez al día.
Otros recordatorios
- Siga las instrucciones de su dentista con respecto a los suplementos, los tratamientos y los enjuagues bucales con flúor.
- Al cumplir un año, los niños no deben beber en biberón y en su lugar deben utilizar un vaso.
- No le dé jugo a los bebés menores de 12 meses. A partir de los 12 meses de edad puede darle jugo, siempre y cuando sea menos de 4 onzas al día para los niños pequeños, menos de 6 onzas al día a los niños de 4 a 6 años y menos de 8 onzas a los niños mayores de 7 años. Utilice siempre jugo que sea 100 % de fruta, sírvalo en una taza (no en un biberón) y déselo únicamente durante las comidas.
- No permita que su hijo se vaya a la cama con un biberón o un vasito con leche o jugo. Lo único que debe tomar a sorbitos durante todo el día, ya sea en un biberón o un vasito, es agua.
- Limite las bebidas azucaradas (como refrescos, jugos, bebidas deportivas y leches saborizadas) y los refrigerios azucarados (especialmente los caramelos pegajosos). Si su hijo toma estas bebidas, sírvalas únicamente a la hora de la comida y pídale a su hijo que se cepille los dientes cuando haya terminado.
- Lleve a su hijo al dentista dos veces al año, o más si su dentista lo recomienda.

¿Cuáles son los síntomas de un absceso dental? El síntoma principal de un absceso dental es un dolor de muela intenso. Otros síntomas pueden incluir hinchazón, enrojecimiento y drenaje alrededor del diente, sensibilidad a alimentos o líquidos fríos o calientes, dolor al masticar, fiebre o hinchazón de la cara.
¿Qué problemas pueden ocurrir por un absceso dental? Un absceso dental no tratado puede provocar lo siguiente:
- caída del diente
- infección de las áreas alrededor del diente, como los senos nasales, la mandíbula, la cabeza y el cuello
- infección en la sangre que puede provocar septicemia (cuando el sistema inmunitario tiene una respuesta exagerada para combatir una infección y ataca los propios órganos y tejidos del cuerpo)